Todo lo que puedas pensar, piénsalo a bordo de un camión…próximamente

Lo confieso, adoro el nuevo slogan de los Autobuses ADO:

Todos tenemos cosas que pensar, piénsalo en un ADO

Es cierto, «todos tenemos cosas que pensar», pero en dónde, esa es la cuestión. Aquellos que vivimos en la ciudad somos constantemente violentados por una cantidad innumerable de sonidos e imágenes a lo largo del día, el silencio ha sido erradicado, aunque no del todo. En la Ciudad de México estamos cada vez más lejos de aquellos días en los cuales se construían espacios de esparcimiento y recreación; los pocos parques que existen en la ciudad se transforman paulatinamente en espacios equívocos para la lógica neoliberal. Me explico.

La mayor parte de los parques en la Ciudad de México fueron creados durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, es decir, su construcción se detuvo hace casi 60 años; éstos fueron creados como espacios de paseo, convivencia, relajación y, más recientemente, de recreación. Existen numerosos ejemplos: La Alameda Central (siglo XIX), el «Parque de los Venados» (1950), el «Parque Hundido» (1950), el Espacio Escultórico (1950).

Espacio Escultórico en Ciudad Universitaria…muchos universitarios no saben de su existencia

Las concepciones sobre lo que es un parque mudan con el tiempo, no obstante algo se mantiene: la necesidad de esparcimiento y relajación. En una ciudad como la que habitamos hoy día estos espacios son NECESARIOS, y están siendo sustituidos por plazas y/o centros comerciales que si bien son espacios que implican cierta convivencia, no dan oportunidad para la serenidad, su único fin es el consumo. En las plazas comerciales el esparcimiento es posible, pero la relajación es apenas discernible, basta una prueba:

  1. Las bancas o sillas poco a poco son erradicadas de estos espacios. Intente esperar a una persona por más de veinte minutos en uno de estos lugares, donde las oportunidades de sentarse son cooptadas por el personal de seguridad, obedeciendo a las normas de la decencia.
  2. Intente leer un libro en medio de una de estas plazas.

En la actualidad se piensa que los parques sólo sirven para ir a correr, pasear al perro, noviar (entiéndase fajar), pero también deberíamos concebirlos como espacios de descanso, basta adentrarse un poco en ellos para acallar, aunque sea mínimamente, el estruendo del arroyo vehícular. No estoy hablando de ir a escuchar la naturaleza o algo parecido, me parece una justificación endeble dado que la naturaleza no sólo reside en los espacios donde predomina el color verde. Hablo de alejarnos, aunque sea por un minuto, de una realidad que poco a poco nos vuelve violentos, indiferentes, apáticos, y aislados a fin de cuentas…

Verdaderamente espero que en un futuro próximo no tengamos que subirnos a un camión ADO para dedicarle unos minutos de nuestro tiempo a nuestro subconsciente…

Próximos espacios de esparcimiento…¡Sobre ruedas! Espéralos!!

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